Vivimos una vertiginosa época de crisis. El actual ocaso de las humanidades, junto con el auge de los saberes científicos como paradigma del conocimiento, sitúan a la práctica y a la recepción de la poesía en un lugar excéntrico en relación con las ideologías dominantes y sus discursos de poder.
La irrupción de los medios digitales y su papel en la globalización, la relativización de los cánones literarios nacionales, la suplantación del ciudadano por el consumidor en el marco de economías de mercado pletórico, el déficit de atención y la cooptación del deseo producidos por el capitalismo financiero han contribuido a que la práctica poética haya prolongado en nuestros tiempos su papel desde las postrimerías de la Modernidad. La poesía es hoy una forma de resistencia, de elaboración crítica y artística del lenguaje que incorpora tanto la atención a lo real como la tensión con lo posible y lo imaginario. [From Introduction]